Muy interesante lo que explica Elena sobre la situación en Alicante. Y como dice, en lugares así el tema del turismo es bien complejo, una vieja relación de amor y odio. Cuando en los años 70 el concurso televisivo Un Dos Tres tenía como premio máximo “¡¡¡un apartamento en Torrevieja Alicanteeee!!!” yo era un chaval creciendo en Lloret de Mar. Costa Blanca, Costa Brava… transformaciones megabestias. De hecho yo soy un producto de esa industria turística, porque sin ella ni mi madre ni mi padre hubieran ido a Lloret a trabajar, conocerse y quedarse ahí.
En mi pueblo la masificación turística era cosa de “guiris” (extranjeros) y “xaves” (los de “Can Fanga”, de Barcelona). El 15 de agosto los periódicos sacaban esa foto de la Diagonal sin un coche. La ciudad se vaciaba en verano y sus ciudadanos masificaban ahí donde iban. Desde hace un tiempo es Barcelona la masificada y turistificada. La Costa Brava hace mucho que se vendió a tour operators y capitales de todos sitios menos las clases populares y medias locales. Barcelona sigue ese camino y a lo bestia. Girona ciutat también, y por todos los rincones hasta en Sadernes, Alta Garrotxa…
No sé, es todo muy deprimente. Sobretodo teniendo en cuenta a la vez que la mayoría de nosotras ha sido turista también, o lo sigue siendo en cuanto puede.
Lo del tipo de turismo es buen debate, complejo. No creo que se trate tanto de las turistas en si, de si van a buscar sol, playa y fiesta o no. O de si tienen mucho o poco poder adquisitivo. Al fin y al cabo el turismo es una actividad económica y las preguntas clave son posiblemente las mismas que aplicaríamos a cualquier otra actividad predominante en un lugar. ¿Es una actividad sostenible en ese lugar o no? ¿Es la única actividad económica o hay varias? ¿Las inversiones y los retornos están diseminados entre la población o están en pocas manos? ¿La ciudadanía y sus ayuntamientos están en control de su planificación o han sido desbordados y comprados?
Es muy deprimente ver como Barcelona, su clase política y sus élites empresariales, se han vendido y cada vez controlan menos el futuro de la ciudad. ¡Vaya presión la de las vecinas como las del Raval y las que salieron a manifestarse! Lo mismo en Alicante. Tener que arreglar los destrozos de tus élites cuando cada vez es más difícil tirar adelante con lo justo. Todos los recursos están ahí, y encima el lugar es tan precioso e interesante que millones quieren ir a por un cachito de eso… Todo vendido o mal repartido. Deprimente.
Perdón por el rollazo. Sólo hacerme eco de una frase dicha en el programa:
La paradoja de la banalidad.
El mismo pleno del ayuntamiento y los mismos medios de desinformación que ya ni se molestan en explicar y menos lamentarse cuando una familia de su misma ciudad es expulsada a la calle sin techo ni futuro… posen el crit al cel porque en un momento manifestantes esquitxen a turistas con pistolas de agua. Vergonzosa banalidad, y nada sorprendente.
Esto de las pistolas de agua me recuerda a una canción que viene a cuento y que va bien para hacer de puente entre Barcelona i Alacant.
¡Ánimos!